31 de julio de 2008

Versos 1610/1636 de Razón de amor

Tan convencido estoy
de tu gran traspresencia en lo que vivo,
de que la luz, la lluvia, el cielo son
formas en que te esquivas,
vaga interposición entre tú y tú,
que no estoy nunca solo
mientras la luz del día me parece tu alma,
o cuando al encenderse las estrellas
me van diciendo cosas que tú piensas.
Esa gota de lluvia
que cae sobre el papel
es, no mancha morada, florida del azar,
sino vaga y difusa violeta
que tú me envías del abril que vives.

Y cuando los contactos de la noche,
masa de oscuridad, sólida masa,
viento, rumores, llegan y me tocan,
me quedo inmensamente
asombrado de ver
que el brazo que te tiendo no te estrecha,
de que aún te obstines
en no mostrarte entera
tan cerca como estás, detrás de todo.
Y tengo que creer,
aunque palpitas en lo más cercano
-sólo porque tu cuerpo no se ve-,
en la vaga ficción de estar yo solo.

PEDRO SALINAS


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