22 de julio de 2008

Lleno...por favor

Lo de mi esposo y yo con los programas de televisión es para estudio. Pocas veces coincidimos a la hora de elegir cadena y programación, pero cuando lo hacemos, dura poco. Yo tengo una costumbre para ver la tele y es hacer algo más, eso de sentarme delante de la caja tonta -vaya ocurrencia- sólo para mirar no me va nada. Normalmente aprovecho para hacer punto de cruz, o coser algo de lo que siempre llevo entre manos. A mi esposo, con tener el mando custodiado le sobra. Y claro, ya se sabe. Con el mando en la mano, el zapping está servido.

-¿Por qué has quitado la peli?-
-¡Ah!, ¿pero la sigues? Como estás cosiendo...

Y de repente, cuando la pareja de enamorados de la película comienza su romántico baile, y levanto la vista para gozar la escena, me encuentro con una manada de elefantes en plena selva. Porque eso sí. Mira que le gustan los documentales de animales. Y sin dejar de reconocer el mérito que tiene el trabajo que realiza quien los filma, tengo que confesar que no me llaman nada. Aún recuerdo un documental que me decidí a ver no hace mucho y que era sobre cabras hispánicas. En este caso, el tema central era la tremenda lucha de los machos que tenía lugar en zonas de montaña rocosa y de relieves escarpados. Cada encontronazo con sus cornamentas me dolía a mi. Parece ser que es así, "por eliminación", como queda un ganador que es el que pasa a ocupar la jerarquía del grupo y a cubrir a las hembras. De ahí, la indudable dolorosa disputa, claro. El premio lo vale. Además, estos ejemplares viven en rebaños separados. Por un lado las hembras con las crías y los machos jóvenes y por otro, los machos adultos, que solo se acercan a las hembras en época de cría. ¡Más razón aún! Y falta lo mejor del documental. Mientras los machos se pelean, la "miembra" en cuestión está observándolos desde una altura cercana. Cuando por fin hay un ganador y piensas que ya ha conseguido su objetivo y, que va a comenzar a cortejar a la hembra, resulta que ésta, comienza a correr montaña arriba y el macho ganador tiene que alcanzarla... Lo que ya no ví en el documental es lo que es capaz de hacer el macho cuando termina la carrera. Mejor lo dejo ahí. Y de la juguetona hembra, no digo ni palabra... ¡Que cara se cotiza!

Me he salido del tema unos seis pueblos. Lo que en verdad quería contaros, es que gracias a ese zapping con el que mi esposo me obsequia, hace unos días vi unos segundos de una intervención de Bambi ZP en una de esas alocuciones que se montan nuestros políticos -todos ¿eh?- para que el resto veamos como trabajan. Afortunadamente era el final: "....y ahora, a trabajar y a consumir", decía con la mejor de sus sonrisas. (Y mira que tiene)

Fue suficiente para pillar un cabreo monumental. ¿Ha dicho trabajar? Yo entiendo por trabajar cuando te remuneran por ello y, personalmente, llevo en las listas de parados de larga duración, varios años. Eso quisiera yo, trabajar. Pero la política social y el mundo empresarial, a ciertas edades, nos ignoran unos y nos apartan los otros.

¿Consumir? cada día podemos menos. Yo ya me he sorprendido más de una vez, hablando sola por los pasillos del super... ¿alguien controla los precios?

Hoy, al poner gasolina en mi coche me he acordado de ZP y de su encargo de "consumir". Hace ya tiempo que no digo en la gasolinera que frecuento eso de "lleno, por favor". Si lo lleno, me tengo que volver a casa porque se queda allí el presupuesto. Ahora, digo eso de: "30 euros, por favor", y procuro estirarlos. Utilizo menos el coche. ¡Que remedio!

Los 30 euros de hoy no han llegado ni a la cuarta parte del depósito de mi Wolswagen. Estaba casi en reserva y han cundido poco. Seguramente, mi coche se irá antes al desguace que volveré a llenarlo a tope. Pobrecillo. Con lo bien que se me porta a pesar de sus 16 años de vida.

Termino igual que ZP. Pero no os enfadéis como yo.¡ Va de guasa ! ¿Cómo fue él...?

...y ahora, a trabajar y a consumir. (El que pueda)


MAAT








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