17 de diciembre de 2007

Sobre el poder del tiempo

Todo lo muda el tiempo, Filis mía.
Todo cede al rigor de sus guadañas;
Ya transforman los valles en montañas.
Ya pone un campo donde un mar había.
Él muda en noche opaca el claro día.
En fábulas pueriles las hazañas.
Alcázares soberbios en cabañas.
Y el juvenil ardor en vejez fría.
Doma el tiempo al caballo desbocado.
Detiene al mar y viento enfurecido.
Postra al león y rinde al bravo toro.
Sola una cosa al tiempo denodado
Ni cederá, ni cede, ni ha cedido,
Y es el amor con que te adoro.

JOSÉ CADALSO

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