6 de julio de 2007

Soneto II

Mi corazón se siente satisfecho
de haberte amado y nunca poseído:
así tu amor se salva del olvido
igual que mi ternura del despecho.

Jamás te vi desnuda sobre el lecho,
ni oí tu voz muriéndose en mi oído:
así ese bien fugaz no ha convertido
un ancho amor en un placer estrecho.

Cuando el deleite suma a lo vivido
acrecentado se lo resta al pecho,
pues la ilusión se va por el sentido.

Y, en ese hacer y deshacer lo hecho,
solo un amor lo salva del olvido,
y es el amor que queda insatisfecho.

JOSÉ ÁNGEL BUESA



No hay comentarios: